Casa Claret 2014 - 5 de Agosto de 2014

    E, mais uma vez, o sol entra pela janela cerca das 5h50 e eu desperto. Hoje foi dia de visitar a roça Bom Retiro. Esta é a roça onde mora o Pedrinho e a família e que visitamos há 2 anos.
O Pedrinho é um menino de 5 anos que ainda cá está porque o Pde Domingos o levou ao hospital quando era pequeno. Quando lá chegamos, a Dona Luísa (avó do Pedro) veio receber-nos. Começou um pouco triste pois o seu marido, antigo chefe da aldeia, tinha falecido há 4 meses. Era ele que levava a roça por bom caminho e agora cabe à esposa ser o pilar da família e da aldeia.
    Pouco depois o Pedrinho veio cumprimentar-nos, juntamente com o seu irmão, o Edu. Estão realmente crescidos e são uns pequenos pestinhas. Com a bola que lhe oferecemos, ele quis jogar connosco lá fora. Um dia, ele vai dar um grande jogador de futebol. Acredito que sim! Já com o Edu criei laços mais fortes desta vez. Tem 3 anos e é uma criança adorável. A certo momento caiu e esmorrou o joelho. Fiquei ao pé dele enquanto chorava silenciosamente, na tentativa de o animar. Finalmente, consegui que viesse ao meu colo. Foi então que resolvi ensinar-lhe um truque para curar as feridas.: dar um beijinho no dedo e levar o dedo à ferida. Após alguns beijinhos milagrosos lá me disse timidamente que estava melhor. Resolvi então ensinar-lhe o beijinho à esquimó: nariz com nariz. O sorriso e o brilho no olhar que emanava é algo que não vou esquecer. Vale tudo!
    Outro momento que me marcou particularmente foi a chegada a Bom Retiro. O Pedrinho apressou-se a vir ter connosco e estender a mão para nos cumprimentar. Nesse momento, tive um flashback. Há 2 anos atrás, foi o Sr. Pedro, o avô do Pedrinho, que nos recebeu e estendeu a mão para nos cumprimentar. E agora, foi o pequeno. Como se o avô estivesse ali presente, na pessoa do neto.
    Por fim, fiquei feliz quando estava na varanda da casa e a Michela vem a correr para mim do outro lado da rua, salta para os meus braços e diz: "Joana, anda brincar!" É bom sermos conhecidos por estas pequenas coisas.




    Y, una vez más, el sol entra por la ventana cerca de las 5h50 y yo me despierto. Hoy fue un día de visitar la roça Bom Retiro. Este es el pueblo donde vive Pedrinho y su familia. Pedrinho es un niño de 5 años que  sobrevivió porque el padre Domingos fue con él al hospital cuando era bebe. Cuando llegamos a la roça,  Dona Luísa (abuela de Pedrinho) nos recibió. Empezó un poco triste pues su marido, antiguo jefe del pueblo,  falleció hacía 4 meses. Era él que dejaba la roça en un buen estado y ahora esa es la función de su mujer: ser el pilar de la familia y del pueblo.
    Un poco después Pedrinho vino a saludarnos, juntamente con su hermano, Edu. Están realmente grandes y hechos unos pequeños diablitos. Con la pelota de fútbol que les regalamos, Pedrinho quiso jugar con nosotros. Estoy segura de que un día va a ser un gran jugador de fútbol. Con Edu nacieron lazos más fuertes. Es un niño de 3 años y un pequeño adorable. En un momento cayó y se hirió en una rodilla. Me quedé junto a él en cuanto lloraba en silencio, en una tentativa de animar el niño. Finalmente, conseguí tranquilizar a Edu en mis brazos. Ahí le enseñé un secreto para curar las heridas: un besito en el dedo y después el dedo en la herida. Después de algunos besitos que hacen milagros me dijo que ya estaba mejor. Entonces le enseñé el besito a lo esquimal (gente que vive en el Polo Norte): nariz con nariz. Su sonrisa y el brillo en sus ojos es algo que no me voy a olvidar. ¡Tiene todo el valor!
    Otro momento que me marcó fue la llegada a la roça. Pedrinho rápidamente nos dio su mano para saludarnos. En ese momento, tuve un flashback. Hace 2 años era  el Sr. Pedro, su abuelo, el que nos recibió y nos saludaba con la mano. Y ahora ha sido su nieto. Fue como si el Sr. Pedro estuviese ahí, en la persona de su nieto.
    Por fin, me quedé feliz cuando, sentada en la terraza de casa, Michela corre hacia mí, salta para mis brazos y dijo: "¡Joana, vente!" ¡Qué bueno es ser conocidos por estas pequeñas cosas!

Comentários